on 2013/2/18 13:22:19 (638 reads)
CAYITO APONTE Y NÉSTOR CABALLERO

Cuando se unen los talentos de un gran actor y un excelente dramaturgo, se logra introducir la opinión pública en cualquier escenario del mundo; un hecho que queda realmente demostrado con la puesta en escena de “Los Taxistas también tiene su corazoncito”. Caballero nos narra los acontecimientos de relevancia histórica, sin ser un recuento absoluto de la historia real, en donde Venezuela comienza a dar señal real y verdadera de haber entrado en el Siglo XX y nos cuenta la historia de un taxista llamado Rubén; sin embargo no basta contarla solamente para entenderla y es precisamente donde concuerda la dramaturgia, el teatro, el actor y la opinión pública.

Rubén, magistralmente interpretado por Cayito Aponte, desde el mismo momento que sale al escenario nos recuerda y nos lleva a conocer su eterno amor, una dama llamada María Milagros, que acaba de sepultar y regresaba del cementerio, el relato de la fraternidad y la solidaridad de sus compañeros taxistas, que lo acompañaron al sepelio; ahí vemos el primer camino en la compresión de los seres humanos, principio natural para apreciar la opinión pública y el verdadero atributo de lo que debiera ser el comportamiento de los diferentes extractos sociales que forman los pueblos y éstos a su vez las sociedades que han de vivir en armonía.

Igualmente Néstor Caballero, con su pluma clara y firme, va decantado los sucesos políticos y sociales de la época, que abarca desde Medina Angarita hasta el año 1989; sin embargo su profundo trabajo en busca de la expresión que podría tener un hombre del pueblo y es precisamente Cayito Aponte o mejor dicho el taxista Rubén, una vez vivido el trágico dolor de haber perdido su gran amor y cuando comienza a rehacer su vida armado a “Pepón”, así se llama su taxi, y frente al publico lo reconstruye, tal como si lo hiciera con su propia existencia y logra darle esa nueva vida, la cual podríamos interpretar como un renacimiento de su subsistencia; lo cual nos llevar a pensar que aún frente a la muerte hay que seguir viviendo, luchando por una nueva ilusión.

“Pepón” deja de ser un automóvil y se convierte con Rubén, en el formador de hechos y consecuencia que debe enfrentar un ser humano, encontrado la realidad de su presencia y mostrando la fortaleza que ha de tener un ser humano frente a los problemas cotidianos. En éste término nos damos cuenta de la profundidad en que nos convierte un actor y un dramaturgo, en lo que es enfrentar el reto de una opinión pública. El ejemplo más hermoso de “Los Taxistas tiene su corazoncito” lo encontramos en un hombre del pueblo, con poca cultura y con la jerga de un taxista que nos lleva a pensar y creer que los hombres deben y tienen que formar parte de una sociedad, aunque su criterio y sus ideas políticas no sean iguales. Para él la inocencia y su aprendizaje en “la Universidad de la Calle” le han ayudado a crecer como ser humano y a no tener miedo de enfrentar sus propias realidades, dejando claro que entenderse y vivir con plenitud, trabajo y honradez, son los complementos solidarios de una buena armonía entre todos los que forman lo que se conoce como la existencia humana.

Para aquellos que deseen ver una muy destacada puesta en escena, los invito a asistir a las funciones del “Los Taxistas tienen su corazoncito” en el Teatro de Corp Banca, con funciones viernes y sábados y domingos a las 7 pm durante el mes de febrero.

Contacto: aipop@aipop.org / www.aipop.org

Periodista y Crítico de Arte, Lic. Salomón Benshimol R.