on 2011/2/21 10:55:46 (1800 reads)
EL TRABAJO DECENTE

Surge de esta manera el concepto de

Toda persona tiene derecho a llevar una vida digna y cubrir sus necesidades básicas. Un factor esencial para alcanzar este derecho es el empleo, pero no cualquier clase de empleo, sino uno que le permita vivir meritoriamente y que sintetice las aspiraciones de los individuos durante su vida laboral, para lo cual debe tener unos ingresos apropiados, igualdad de trato y oportunidades, buenas condiciones y ambiente de trabajo, garantía de salud y protección social, seguridad física en el lugar donde desempeña sus labores, acceso a una actividad productiva y perspectivas de desarrollo personal. Trabajo Decente>>, el cual fue introducido por Juan Somavía, en el año 1999, en su primer informe como Director General de la Organización Internacional del Trabajo, a fin de dar respuesta al deterioro de los derechos de los trabajadores que se había registrado mundialmente durante la década de los noventa, como consecuencia del proceso de globalización, lo que planteó la necesidad de atender la dimensión social de ese proceso. En ese entonces se consideró el trabajo decente como el trabajo productivo, realizado en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos de los trabajadores son protegidos contando con remuneración adecuada y seguridad social. Puede decirse que el trabajo decente, resume las aspiraciones de las personas en su vida laboral, aspiraciones en relación a oportunidades e ingresos; derechos, voz y reconocimiento; estabilidad familiar y desarrollo personal; justicia e igualdad de género y sus diversas dimensiones, son pilares de la paz en las comunidades y en la sociedad. De ahí que se pueda inferir que el trabajo decente es fundamental en el esfuerzo por reducir la pobreza, y es un medio para lograr un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible. Cuando se promueve la precariedad en el trabajo, la informalidad, la temporalidad laboral, la tercerización, la ausencia de seguridad social, el incumplimiento de normas de seguridad industrial y el salario de subsistencia, se atenta contra la dignidad del trabajador y se violan los derechos humanos, y si esta promoción la realiza o auspicia el Estado, estamos entonces en presencia de un Estado ilegítimo. Por ello, el trabajo decente debe estar reflejado como una prioridad en la agenda social, económica y política del país. El trabajo, como lo señala la Doctrina Social Católica, “siempre dignifica al hombre, porque con él ejercita y desarrolla su personalidad, consigue los bienes materiales para él y su familia, da ejemplo a sus semejantes de servicio y solidaridad, contribuye al progreso de la sociedad en que vive y además, se puede santificar, ofreciendo su trabajo a Dios”. El trabajo decente se inscribe en esa misma línea.
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