on 2012/4/23 0:59:45 (770 reads)
MOVILIDAD URBANA

Es frecuente invocar la cultura como elemento esencial del desarrollo, confirmándose tal apreciación en la medida que discurre nuestra historia personal. En circunstancias por demás cruciales que atraviesa el país es natural sentir el llamado a la participación que admite nuestra experiencia y/o competencia con la mirada puesta en el colectivo ó el bien común como suele decirse. La futura reconstrucción del país exigirá no solo de disposición para emprender acciones concertadas signadas por la generosidad, sino de una cuota de sacrificio de todos los sectores y de todas las edades. Los miembros de la “Tercera Edad” por ejemplo poseen suficiente autoridad moral para dictar pautas de conducta en relación al tránsito automotor y la tan sentida “Movilidad”. Seamos ejemplo pues de las generaciones presentes y futuras.

Entre tantas cosas que padecemos los ciudadanos de Caracas a diario, podemos mencionar la pésima movilidad vial. Para desdicha de muchos la vida transcurre en una procesión interminable, debido al voluminoso tránsito automotor, a veces agravada por algún percance vial o al tratar de estacionarse en cualquiera de los pocos sitios que quedan, ya que muchos estacionamientos ahora dejaron de ser públicos.

Los estudios efectuados para resolver tan espinoso asunto de manera científica no han sido tomados en cuenta por las Autoridades. Alguna medidas restrictivas del tránsito como “Pico y Placa” cayó víctima de la politiquería, hasta nuevo intento. Aún adoptando medidas complementarias, la gravedad del asunto da pié a cualquier iniciativa por modesta que sea. Un enfoque recomendable le otorga valor a la cultura de convivencia y concertación muy propia de países avanzados. Ejemplos hemos tenido como el de las campañas emprendidas en la TV por Reny Ottolina, así como el comportamiento civilizado de los venezolanos en el Metro de Caracas.

Dentro de éste contexto se podría buscar medios de reducir el número de vehículos en horas pico mientras no hayan nuevas vías de circulación, como por ejemplo estableciendo el límite de mayor edad para conducir vehículos, siendo que personas de avanzada edad persisten en el uso de su vehículo particular con el consecuente riesgo propio y ajeno, hasta que un desafortunado accidente pone fin a su porfía. Por otra parte es comprensible que ocurra una pérdida gradual de facultades en la medida que se avanza en edad. Debido a la creciente expectativa de vida, el número de personas mayores conduciendo vehículos es cada vez mayor. Serían estas razones válidas a considerar para la implementación propuesta a continuación.

Precedido de un intenso programa educativo a través de los Medios, el límite obligatorio de edad para conducir vehículos puede ser hasta 75 años; complementada con una reducción voluntaria del tiempo de circulación para personas mayores de 65 años, entre 10:00 AM y 4:00 PM. Evaluado el impacto de ésta primera medida, una segunda etapa de implementación sería el plan “Pico y Placa” voluntario que permitiría sacar de circulación entre 6:30 AM y 9:30 AM, en días designados semanalmente, a los vehículos cuyo terminal de la placa les fija el turno, excluyendo a los sujetos de la tercera edad del plan anterior. Ambos planes serían aplicados simultáneamente durante un período de evaluación para culminar en “Pico y Placa” convencional para toda la población. La circulación de las personas afectadas por estas medidas apelarían a una racionalización del uso vehicular ó en su defecto a mecanismos alternativos de transporte como uso local de vehículos particulares, “colitas”, taxis, moto-taxis, bicicletas, etc., solo en caso de necesidad, para que resulte en una reducción efectiva del volumen de tránsito en las horas pico.

La adhesión pública a estos programas, efectuada con despliegue publicitario, como suelen hacer los partidos en sus prácticas políticas, aportaría una calcomanía para distinguir a los ciudadanos ejemplares. El Municipio Baruta tendría la oportunidad de marcar pauta de comportamiento ciudadano al convertirse en el primer conglomerado de Caracas en adoptar voluntariamente el Programa Urbano de Concertación Vial.

La configuración del tránsito referida anteriormente daría cabida a un sistema complementario de transporte local por medio de una flota de triciclos motorizados ó “Tuck-Tuck”, que cubriría una primera etapa del traslado de los sujetos de la restricción hasta una troncal de transporte colectivo, con una tarifa fija solidaria. Cumplida esta labor sustitutiva durante las horas “pico”, los “Tuck-Tuck” quedarían disponibles para la atención del transporte local. La ubicación del sistema permitiría el contacto vía celular del usuario con el operador, con un lapso mínimo de espera.

La Experiencia con éste sistema ha permitido a países muy congestionados de Asía, mejoras en la movilidad vial. El bajo costo inicial así como el operacional de los “Tuck-Tuk”, fabricados masivamente en China e India, ofrecen interesantes perspectivas ante los elevados costos de sustitución de vehículos particulares y taxis, sus naturales competidores. Siendo requeridos solo para uso local, su tamaño favorece un desplazamiento más fluido, aún en horas pico.

Pedro Olmedillo