on 2012/12/5 13:36:29 (837 reads)
ACTORES EDUCATIVOS
La educación tiene como fin formar la persona en la perspectiva de su fin último y del bien de la convivencia humana. Luego de afirmar la educación como un derecho inalienable de todos los seres humanos, surge un tema fundamental, a saber, el que se refiere a sus actores.
¿A quién corresponde educar?
En el documento Iglesia y educación, el Concilio Plenario de Venezuela hace un elenco de los responsables en el proceso educativo. Helos aquí:
1. El educando, llamado a convertirse en sujeto de su propio desarrollo y del concerniente a la comunidad.
2. La familia, lugar privilegiado educativo. Ciertamente es la primera escuela en múltiples frentes (ciudadanía, fe, sociedad). Un ejemplo: la primera escuela de la democracia es la familia.
3. La escuela, desde su organización, relaciones y contenidos. Atención primordial ha de prestar a la formación de los valores que sustentan un bien-ser y un bien-estar de la comunidad.
4. El educador juega un papel de primer orden y por ello debe ser atendido cuidadosa y adecuadamente en la satisfacción de sus necesidades personales, familiares y en su formación permanente.
5. El Estado como representación jurídica de la sociedad tiene como prioridad establecer las políticas para garantizar la educación de todos. En esto ha de excluir todo monopolio o discriminación escolar contrarios a los derechos naturales de las personas y al pluralismo vigente en la sociedad.
6. Los medios de comunicación social, particularmente en la así llamada actual “sociedad de la información”, tienen una grave responsabilidad por su impacto en la conformación y orientación del pensamiento, actitudes y valores de los niños y jóvenes en proceso de formación.
7. La Iglesia -y algo semejante se diga de otras instituciones religiosas- ha de prestar su valioso aporte en este campo, siguiendo una larga y fructuosa tradición.
La educación es tarea de muchos y ha de ser compartida con espíritu de servicio, respeto y solidaridad, dando cada uno lo mejor a la formación de las presentes y futuras generaciones.
Mons. Ovidio Pérez Morales