on 2013/8/5 14:00:36 (827 reads)
ACUERDOS INTERNACIONALES Y SOBERANÍA ALIMENTARIA

El reciente anuncio del Vicepresidente Jorge Arreaza, acerca de la intención del gobierno nacional de entregar tierras de la nación a la República China para producir alimentos, ha encendido las alarmas de los sectores productivos del agro por las dramáticas consecuencias que ello puede acarrear, tanto para la sociedad en general como, en especial, para los actores económicos y sociales del mundo rural y agroalimentario.

No es nueva esa predisposición del gobierno de Venezuela de colocar en manos extranjeras la responsabilidad de producir alimentos en el país, en unas ocasiones trayendo técnicos agrícolas, e incluso agricultores de otras naciones, y en otras, como en esta, ofreciendo grandes extensiones de tierras rurales a gobiernos o empresas del exterior. Ya en octubre del año 2010, en el marco de una visita a la Federación Rusa, el fallecido Presidente Hugo Chávez suscribió un acuerdo de cooperación con la empresa privada rusa ZAO JFC, propiedad del magnate ruso Wladimir Kejman, para “construir una empresa mixta para el cultivo, producción y comercialización del banano en Venezuela”. A los 63 días de la firma del referido Acuerdo, el 17 de diciembre de 2010, se dio inicio a “punta de fusil” al asalto de 47 fincas en el Sur del Lago. La superficie de tierras despojadas por orden presidencial eran para satisfacer el compromiso con la empresa rusa de contar con las “20.000 hectáreas para comenzar” que previamente declaró y confirmó el entonces Ministro Canán, “ubicadas en el sur del lago de Maracaibo”.

Adicionalmente, mediante diversos convenios suscritos durante la última década con los gobiernos de Argentina, Cuba e Irán, los representantes de la República Bolivariana de Venezuela, desconociendo y despreciando el acervo tecnológico y científico de los agrotécnicos e investigadores agrícolas criollos, se comprometieron a la contratación de profesionales y técnicos extranjeros para asesorar a los productores nacionales Más recientemente, quien ejerce la Presidencia de la República, en su visita a la Argentina, ofreció tierras a los agricultores de ese país para potenciar la producción nacional. A todo ello se agrega ahora este ofrecimiento del Vicepresidente venezolano.

Esta disposición entreguista del gobierno nacional frente a los intereses de otras naciones, no puede sino merecer el más contundente repudio de la sociedad venezolana. El acaparamiento de tierras por inversores internacionales, públicos o privados, constituye una seria amenaza a la soberanía nacional de los países menos desarrollados y al bienestar de las poblaciones campesinas locales.

Solventes organizaciones internacionales ya han advertido “que la actual compra masiva de tierra obedece a un interés por producir comida suficiente para personas en otros continentes, por cumplir con los perjudiciales objetivos de combustibles o por especular con la tierra y conseguir beneficios fácilmente. En realidad, muchos de estos acuerdos forman parte de un fenómeno conocido como acaparamiento de tierras, en el que los derechos o las necesidades de las personas que viven en dicha tierra son ignorados, dejándoles sin hogar y sin tierras en las que cultivar alimentos suficientes para comer o ganarse la vida”. (Oxfam Internacional)

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