on 2011/3/21 15:09:42 (752 reads)
Durante Los últimos años, se ha acentuado la destrucción de dos actividades de primera necesidad que se dirigen a la anarquía y a su desaparición forzosa. El primero, es el rubro de los estacionamientos de vehículos automotores y el segundo, el mercado de oferta de viviendas en alquiler.
Con relación a los estacionamientos de vehículos, ya desde hace más de tres décadas, se reguló esta actividad comercial para impedir que ante la escasez de los mismos en las grandes capitales de Venezuela, se especulara con dicha actividad, buscando ganancias exageradas y desproporcionadas, que afectaban gravemente a sus usuarios. En cuanto a los apartamentos en alquiler, se generaron leyes y resoluciones que hicieran difícil la usura y la ganancia excesiva, creando mecanismos de respuesta eficaz, para defender los intereses, tanto del arrendador como del inquilino, apoyándose en una Dirección de Inquilinato y en los órganos jurisdiccionales de justicia. Lo prioritario de ambas actividades, se basaba en que periódicamente, se reunían las partes, bajo la dirección del ejecutivo nacional y se llevaban a cabo las reconsideraciones de precios y la actualización real del mercado. La inflación, ha sido siempre el enemigo mortal. Quienes ofrecen ambos servicios, tratan de que se les reconozca este aumento en su oferta del bien, para impedir su ruina a largo plazo. Estos principios se han mantenido por encima de descontentos y conflictos y han funcionado durante muchos años. A pesar de ello, poco a poco, iban despareciendo estacionamientos en las grandes capitales, pues ante la creciente actividad comercial, se transformaron, algunos en depósitos, otros en talleres y otros en almacenes de variadas actividades, ante la inminente pérdida, producto de la congelación regulada en estacionamientos; también la oferta de apartamentos familiares en alquiler, fue disminuyendo, ante lo dificultoso de las relaciones entre las partes y la recurrencia a lentos procesos de desalojo, que finalmente si se llevaban a cabo. Los verdaderos problemas se inician en el 18 de Mayo del año 2004, para los apartamentos en alquiler, a los que se les castra el reconocimiento de una reconsideración del canon, en base al aumento inflacionario, mediante un decreto de congelación de los alquileres de las viviendas. A su vez, en cuanto a los estacionamientos, una medida idéntica de congelación de sus tarifas, entra en vigencia el 13 de Diciembre del siguiente año 2005, pero con precios retroactivos del 2002. Si queremos entender la destrucción de estas herramientas de la economía del día a día, baste con entender que entre el 2004 y el 2010, la inflación ha aumentado, según el Banco Central de Venezuela, en un 159,16 % es decir 2,6 veces más en general, al considerar el índice de precios al consumidor. El resultado, es la desaparición de la vivienda de alquiler y el invento del «Valet Parking», para burlar una confiscación directa del derecho de propiedad, amparado por el artículo 115 de nuestra Constitución Carlos Presencia Jurado
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