on 2012/2/22 19:08:23 (706 reads)
ARDE LA CARCEL
Hemos leído en la prensa internacional, con suma preocupación y además con mucho sentimiento, la reseña sobre el incendio en un centro penitenciario de Honduras.
En Corayagua, en la Republica de Honduras, mueren quemadas unos y asfixiados los demás, en un centro penitenciario, con la pérdida de casi 400 reos.
Estos seres humanos pagaban condenas por delitos cometidos y era una cárcel que fue construida para albergar en su seno 250 reos, teniendo en el momento de los hechos reseñados 956. Es decir el triple de su capacidad y más.
Las primeras investigaciones arrojan dos hipótesis, la primera indica un posible corto circuito, y la segunda el comienzo del incendio por la quema de un colchón por un reo bajo los efectos de la droga.
Pienso que las cosas que suceden dejan siempre la huella para cambiarlas y evitar que se repitan. Esperamos que el Ministerio para el régimen penitenciario, dirigido por Iris Valera, tome el ejemplo y pueda evitar que en algún momento en nuestros centros de albergue de procesados y penados llegase a ocurrir una desgracia ni siquiera parecida.
Pero a simple vista, observamos un parecido increíble con lo que acontece en nuestra Republica Bolivariana de Venezuela. Primero en Honduras, en la cárcel de Corayagua al igual que en cualquier internado nuestro hay una súper población que rebasa la capacidad para la cual fue construida. También podemos observar según la reseña de los medios, que el consumo de drogas pudiera ser la causa de la desgracia, consumo que sabemos también se encuentra en nuestros recintos. Asimismo el mal funcionamiento de los sistemas de alumbrado se repite y pudiera causar un corto circuito en cualquier momento.
¿Acaso una radiografía del sistema penitenciario de nuestro país?
Un alerta para las autoridades penitenciarias. La revisión de los sistemas contra incendio, las alarmas, la instalación de mangueras de agua, sistemas de aspersión, vías de escape, instalación de líneas de comunicación con los bomberos y protección civil, entrenamiento y la creación de brigadas que sepan las vías a utilizar en caso de una contingencia, mas los planes y manuales de procedimiento respectivos. La revisión de los sistemas eléctricos, más todo lo necesario para evitar casos como lo sucedido en la Republica de Honduras.
Debemos recordar que quienes están privados de libertad son seres humanos, con todos los derechos y es deber del Sistema Penitenciario velar por la protección de sus vidas mientras cumplen el castigo que la sociedad les impuso por quebrantar la ley.
La cárcel es un castigo para la recuperación, la inserción y el cambio de conducta a aquellos que nuevamente deben regresar a compartir sus días con la sociedad.
Contacto: aipop@aipop.org Francisco Daboin Lupi