BACHAQUERO
Con el nombre de Bachaquero, dentro de la jerga del pueblo venezolano, conocemos a unos especímenes de la raza humana, aparecidos en estos tiempos de la Revolución, que se dedica a la compra de lo que expenden en comercios, abastos, mercados libres, mercados a cielo abierto, sitios en donde se consiguen medicamentos, ya sean farmacias o expendio cualquiera, que pueden darse el lujo de permanecer 5 y 6 horas seguidas, en la caza de lo que solicitan sin angustia alguna. Son guapos, gritones, armados, andan en patotas, ya sea en vehículos de motor, o a pie, también en motos, y muchas veces se presentan en lotes de 12 o 14 personas. Humillan, amenazan, extorsionan, a humildes ciudadanos que necesitan tanto elementos para hacer la comida en sus casas, como a quienes andan en estado de desesperación a la caza de un medicamento, para aliviar, el dolor o la enfermedad de su padre, madre, hermano, hermana o cualquier familiar, que en casa, en un hospital o cualquier otro centro de salud lo requiere. En guardias, de 24 horas, se llevan lo poco que existe, ya que han logrado, penetrar las redes policiales, de seguridad, de la Guardia Nacional, o de cualquier Organismo que vela por la implementación de justicia en los centros de atención a quienes necesitan adquirir, comestibles o medicinas, normalmente por la vía del pago de dinero. Anexándole asimismo la complicidad de dueños de comercios, en su mayoría extranjeros, que por miedo, presión, o complacencia han negociado la posibilidad de que estos especímenes, logren su cometido, así como también humildes empleados de estos negocios, ayudan, ante la amenaza de ser atacados, las mujeres violadas, y los hombres apaleados o muertos.
Estos seres despreciables, de la raza humana, especímenes específicos de nuestro amado país, han dejado sus profesiones o los oficios con que ganaban el sustento de sus familias, para dedicarse a esta horrible profesión, Bachaquear, ya que los ingresos son de una cantidad inimaginable de dinero nunca sonado. Desde el punto de vista humano, desde la óptica del dolor humano, se violan todos los principios y dieran la impresión de que manejan una economía de guerra, sin que lo estemos. Lo único que se ve, es la riqueza, con que ellos se nutren, como aumentan sus ingresos y por ende las cuentas en los bancos donde no habían tenido oportunidad de llegar y ahora llegan diariamente a guardar un dinero mal habido; igual que si se hubieran cometido un robo, un atraco, un secuestro. Dicen que sus ganancias pasan de 1500% en cada producto comercializado. Ante este cuadro, que pudiera llamarse dantesco, el Estado, la Revolución muestra incapacidad, se les rebasa, y no consiguen remedio para solucionarlo.
Esto es el acontecer diario, los dueños de panadería aumentan el precio de su producto como le da la gana, el expendedor de lecha igual, quien tiene negocio, fija sus precios, sin impórtale el dolor y el sacrificio que los seres humanos, vivientes en la Patria de Bolívar, tienen que hacer. Niños desnutridos, jóvenes famélicos, ciudadanos mal nutridos y con hambre, es el reflejo de la Venezuela actual. Debemos contribuir, a solucionar estos problemas, denunciar con carácter y sin miedo a quienes no tienen la más mínima compasión con sus semejantes.
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