on 2013/2/18 13:29:13 (586 reads)
CAMBIAMOS O MORIMOS

Con asombro aun cuando sin sorpresas, el viernes ocho de febrero, forzosamente los venezolanos fuimos sacados de nuestras preocupaciones cotidianas sobre como disfrutar con el menor gasto posible los próximos días de asueto; para entonces, la mayoría de las familias hacían sus presupuestos de gastos tomando en cuenta la ya notable subida de los precios de los alimentos en algunos casos y la escasez de otros.

El nuevo anuncio, nos hizo volver a una realidad: El sistema económico propuesto como solución de todos nuestros males, el socialismo del siglo XXI con todas sus bondades es insostenible. Las empresas del sector público, manejadas por el gobierno según los lineamientos del Proyecto Socialista, han presentado una crisis sin precedentes. La socialización de la producción, la creación de nuevas relaciones sociales, con el objeto de liberar a la clase trabajadora de la cultura de la dominación y jerarquía del capitalismo, lejos de causar un mayor grado de bienestar, nos ha colocado en situaciones extremas. Empresas anteriormente productivas como SIDOR hoy no cubren sus gastos, flujos de caja insuficientes, en PDVSA la deuda financiera se incrementa dentro de un sistema carente de transparencia, con serias desviaciones al colocar las estrategias y planes de negocios de la Empresa al servicio de un proyecto político, que utilizando el petróleo como un instrumento geopolítico, no ha vacilado en permutar una riqueza que nos pertenece a todos, por bienes perecederos como caraotas, de República Dominicana, carne de Nicaragua o celebrando contratos en condiciones favorables para el fortalecimiento de otras economías de la región.

El momento de reflexión es ahora. O los venezolanos continuamos con pasividad, aceptando la imposición de un sistema político dirigido hacia el fracaso económico, cuyos resultados pueden confrontarse con los países de la Europa Oriental, o nos unimos para cambiar un destino lleno de penalidades, de escasez y de carencia de oportunidades, para convertir a Venezuela en un país competitivo con empresas de clase mundial, sustentables, generadoras de confianza para las grandes inversiones. En un nuevo modelo donde las empresas propiedad del Estado, no puedan estar sometidas a los designios de un hombre, ni a un partido de gobierno, en razón de que el petróleo es nuestro, es decir el ejercicio de los derechos de propiedad debe ser asignado a un ente con independencia y autoridad para la defensa de nuestros derechos.

En base a estas consideraciones debemos actuar en la búsqueda de un modelo que contenga entre otras prioridades las siguientes: 1.-La separación del ejercicio de los derechos de propiedad, de las competencias atribuidas al Ejecutivo Nacional y 2.-La incorporación de las recomendaciones internacionales en materia de Gobierno Corporativo, la Junta Directiva como controladora de la gestión, e integrada por profesionales altamente capacitados en las áreas del negocio, auditoría y finanzas, con responsabilidades definidas que transciendan las responsabilidades genéricas.

En palabras más sencillas, o nos convertimos en ciudadanos y no súbditos, con derechos y responsabilidades para exigir el control eficiente de nuestras riquezas, ya que al pertenecer a la Nación, estamos obligados a una aptitud pro activa en defensa de los derechos de las generaciones presentes y futuras, o volveremos a estar observando cómo, en vísperas de un receso vacacional, como nos sorprenden con anuncios de otras devaluaciones o información sobre contratos lesivos a la misma soberanía de la Nación.

Contacto: aipop@aipop.org / www.aipop.org Dra. Aída Lámus Valero