COMO EL PERRO DE LA VICTOR…

En mi adolescencia había una simpática propaganda de la RCA Victor en la que aparecía un perrito con la cabeza agachada y la lengua afuera como tiene Juampa a la clase dirigente, a los medios, al congreso, las cortes, el ejército y la policía que, por chantaje, mermelada, o haciéndole caso a las instrucciones de ‘Timochenko’ desde La Habana, se arrodillan.

No sé si erguirán la cabeza y pondrán a funcionar su lengua después de los últimos acontecimientos, la aprobación del acto Legislativo que pretende incorporar a la Constitución decisiones, en su mayoría desconocidas, tomadas entre los plenipotenciarios del grupo narcotraficante más grande del mundo y de un gobierno que solo el 20% de la población respalda; le concede a ese mismo gobierno facultades dictatoriales mediante las cuales puede reformar lo que le venga en gana: el modelo económico, el agrícola, el código del comercio, las instituciones, la justicia, el régimen electoral y todo lo que se le atraviese; la aprobación por la corte de un umbral ridículo para un plebiscito traído de los cabellos; y, de remate, nos chantajea en el Foro Económico Mundial reunido en Medellín con la amenaza de terrorismo urbano si no se acepta lo mandado desde La Habana.

Miremos un solo ejemplo de lo que nos espera:

El paro agrario en el Cauca, a cuyos integrantes Juampa anteriormente otorgó personería jurídica,  insiste en sus mandatos como lo publicó Juan Camilo Restrepo, del los cuales por limitación de espacio solo transcribo el primer punto por su coincidencia con lo mencionado en los diez mínimos de las Farc y en el primer borrador de acuerdo:

“Por lo anterior, Exigimos y mandamos:

  1. Que sean las comunidades y los pueblos quienes definan cuáles deben ser los usos del territorio y las maneras de habitarlo, conservarlo y cuidarlo conforme a las cosmovisiones de los pueblos y comunidades agrarias, de acuerdo a una política diferencial propia que incluya a las distinciones étnicas, regionales y productivas, y que garantice la seguridad jurídica para los territorios individuales y colectivos.

El ordenamiento territorial exigido tendrá como base la definición y el respeto de las figuras colectivas de gobierno propio y defensa del territorio, incluyendo:

  • Resguardos indígenas y territorios ancestrales
  • Territorios colectivos afrocolombianos
  • Zonas de Reserva Campesina
  • Zonas Agroalimentarias
  • Zonas de biodiversidad
  • Territorios interétnicos e interculturales
  • Otras formas de ejercicio de la territorialidad de las comunidades. Estas tendrán el carácter de inalienables e imprescriptibles.

Las organizaciones, comunidades, autoridades y pueblos movilizados o que por decisión autónoma se incluyan en el proceso, desarrollaremos una ruta propia de definición de los términos del ordenamiento territorial para garantizar la permanencia en el territorio y la convivencia interétnica e intercultural. Esa ruta propia hace parte de una iniciativa de paz impulsada por las organizaciones campesinas, indígenas, afro y urbano-populares que participen del proceso.”

Puedo ser injusto al pensar que la redacción del documento no fue producto de los indígenas y campesinos que participaron en el bloqueo de la vía Panamericana, para mí, obviamente viene de personas más cercanas al Foro de Sao Paulo.

Si leemos con cuidado el borrador del primer acuerdo, “Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral” y solo el punto quinto, “Estimulo a la participación de las regiones, los entes territoriales y los territorios”, de los mínimos exigidos por las Farc, ¿queda alguna duda de adonde nos conduce?

 

Contacto: aipop@aipop.org  / www.aipop.org                                                                   Rafael Uribe Uribe