on 2013/7/5 14:50:00 (440 reads)
COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Al arribar a Nicaragua el sábado 29 de junio para asistir a la VIII Reunión Cumbre de Petrocaribe, el señor Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, indicó que ese ente, “hijo directo de la Alba, es la garantía para la estabilidad económica y la base económica para la unión económica, social e integral de los 18 pueblos que participan en Petrocaribe”; a lo que añadió que “a los 8 años venimos a trabajar por la constitución de una zona económica de desarrollo común, donde desarrollemos la capacidad para producir alimentos, la industria, la tecnología, el turismo, el transporte aéreo y marítimo, la energía, las telecomunicaciones, desarrollemos a todo el Caribe, para colocarnos en la mejor situación en función del mundo que se está desarrollando en este Siglo XXI”. Al lado de esas declaraciones, la prensa local venezolana reseña el mismo sábado 8 de junio que el señor Maduro asistirá a una reunión de de Jefes de Estado y Gobierno de los países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM) a efectuarse en Trinidad y Tobago del 3 al 6 de julio de 2013, en la que se prevé analizar la elaboración de un plan estratégico quinquenal para la región.
En nuestra opinión, la presencia del señor Maduro en esas reuniones, así como su viaje a países europeos la tercera semana de este mes de junio, tiene como objetivo principal, en lo inmediato, la búsqueda de aceptación, de legitimidad política personal en el ámbito internacional, y al lado de eso, el continuar el ejercicio de construcción de un entorno de influencia regional, y de conformación de nexos internacionales que, junto con brindar un eventual apoyo en caso de necesidad ante cualesquiera situación que comporte algún riesgo para la estabilidad del régimen, propicien la conformación de un “mundo multipolar”, tal como fue propuesto en el Primer Plan Socialista del Desarrollo Económico y Social de la Nación para el período 2007 – 2013.
Esa búsqueda de reconocimiento ha dado lugar a declaraciones del jefe del gobierno de Venezuela en las que se ha anunciado la disposición a asumir el compromiso de compra de equipos de transporte, de construcción de obras de infraestructura de comunicación, y de continuar con el financiamiento de proyectos de naturaleza diversa a ejecutarse en otros países; lo que generaría un incremento de la distracción de parte del ingreso nacional, no tomando en cuenta las dificultades de carácter financiero que señalan algunos analistas está confrontando la actual administración venezolana que estaría limitando la disponibilidad de recursos para ejecutar proyectos de carácter prioritario para el desarrollo nacional en las ramas siderúrgica, metal minera, de generación de electricidad, y de extracción y procesamiento de petróleo; a lo que se suma el mantenimiento de la infraestructura de trasporte y hospitalaria del país, y gastos corrientes en importantes sectores de la actividad de la nación.
En reunión de Petrocaribe efectuada en mayo pasado en Caracas, en la que fue propuesta la idea de la zona económica, el señor Maduro se comprometió a mantener el suministro de petróleo a precios preferenciales a sus socios, a pesar de la crisis económica que atraviesa Venezuela. Desde 2005, Venezuela ha enviado unos 232 millones de barriles de petróleo a los miembros de Petrocaribe, que han acumulado una deuda con Venezuela que supera los 20.000 millones de dólares, según cifras del BCV. Los países miembros de Petrocaribe tienen la posibilidad de pagar el 40% de las facturas por suministro de crudo en 90 días, en efectivo o en mercancías que ayudan a cubrir las necesidades de importación de alimentos de Venezuela, como frijoles, carne o azúcar; el resto de la deuda puede ser cancelada entre 17 y 25 años, con dos años de gracia y al 1% de interés en caso de que el precio del crudo supere los 40 dólares por barril. En la reunión de Petrocaribe que se efectúa al momento presente, junto con revisar los asuntos relacionados con la zona económica propuesta por el gobierno de Venezuela, es probable que algunos de los países beneficiarios de esa iniciativa soliciten sean honrados compromisos previos del gobierno venezolano de financiar la ejecución de proyectos en los sectores energéticos y de infraestructura de esos países.
Consideramos que la cooperación internacional, junto con constituir una muestra de solidaridad, es un instrumento de política exterior, que debe ser utilizado atendiendo a las capacidades efectivas de cada nación. Hasta donde conocemos, los recursos destinados a la cooperación externa por los países de alto y mediano nivel de ingreso son una pequeña parte de su ingreso nacional; no creemos que haya muchos países de mediano nivel de ingreso, como es Venezuela, que al tiempo que se endeudan para poder financiar la ejecución de proyectos en sectores fundamentales de la actividad económica y para cubrir sus erogaciones en gasto corriente, dediquen elevados montos a financiar el gasto de otras naciones. Debo añadir que considero que Venezuela no es un país rico, ni en términos relativos ni absolutos; somos un país con una cierta dotación de recursos naturales que manejados de una manera razonable y económicamente eficiente podría generar un nivel de ingreso que elevaría de manera sustancial el nivel de vida de quienes vivimos en esta nación. Países ricos son aquellos en los cuales sus habitantes tienen una alta calidad de vida, económica, social, cultural; y esos son países con un alto nivel de desarrollo, con una adecuada gestión económica.
Contacto: aipop@aipop.org / www.aipop.org Lic. en Estudios Internacionales Rafael Quevedo