Originalmente publicado en 2010/6/16 15:00:00 (2678 reads)

El agua es un elemento básico para la vida y el desarrollo; por lo que la existencia de una infraestructura adecuada para su almacenamiento, tratamiento, bombeo y distribución, tiene un efecto significativo sobre la calidad de vida de los habitantes de un país.

Para el año 2009 la consultora Mercer, refleja que Caracas está en el puesto 156 de 215 ciudades del mundo en cuanto a su calidad de vida; dieciséis peldaños por debajo del año 2005. Esta caída se debe, entre otras causas, a la falta de inversión en infraestructura, condición esta que ocurre en Caracas y en toda Venezuela.

Entre 1958 y 1998 fueron construidos 81 embalses, incluyendo aquellos para centrales hidroeléctricas; lo que da un promedio de 20 embalses por cada decenio. Mientras que en la última década, apenas se concluyó Caruachi, iniciado en 1996, se amplió el embalse El Diluvio en Perijá y se reconstruyó el dique del Guapo.

Con el crecimiento de la población, ha aumentado el consumo de agua y por la falta de nuevos embalses, ha disminuido la disponibilidad de agua para riego. Este es el caso del Embalse de Camatagua, diseñado originalmente para regar 12 mil hectáreas, y que hoy en día es utilizado casi en su totalidad para surtir el Sistema Tuy III del Acueducto de Caracas. Por esta razón, poblaciones cercanas, como Camatagua, Barbacoas y El Sombrero, se ven afectadas por la falta de agua y el riego alcanza solo para 3 mil hectáreas.

La falta de suficiente almacenamiento de agua, hace a nuestros acueductos, muy vulnerables en períodos de sequía. Obras como la construcción del Embalse Cuira para surtir el Sistema Tuy IV del Acueducto Metropolitano de Caracas, o como la construcción del Embalse Dos Bocas, para surtir al acueducto de Barquisimeto y Cabudare, actualmente deficitario; han tardado mucho en ser contratadas y tendrán que esperar al año 2012 la primera y al año 2014 la segunda.

Otras obras como las del sistema de Control de Nivel del Lago de Valencia, se encuentran inconclusas. En el año 2007, para evitar el aumento de nivel del lago, se desviaron, las aguas del río Cabriales al embalse Pao-Cachinche sin haberse completado el proyecto de saneamiento de aguas servidas, afectando así al embalse y por ende a la calidad del agua del Sistema Regional del Centro I, que surte parte el Estado Carabobo.

Cuesta trabajo entender, que luego de la experiencia de racionamiento de agua en Caracas durante el año 2003, no se hayan tomado medidas urgentes para la ampliación y mejoras inmediatas del Acueducto Metropolitano de Caracas, las cuales se restringieron únicamente a la 1ª etapa del Sistema Tuy IV, originaria de los años 90, que incorporó el embalse de Taguaza a la Planta de Tratamiento de Caujarito.

Hoy el acueducto de nuestra ciudad capital, además de vulnerable por el retraso en la construcción del embalse de Cuira, es deficitario y está mal mantenido. La pérdidas de agua por fugas en la red de distribución llegan al 30% (5,4 m3/seg.), por lo que es necesaria la instalación de un número importante de macromedidores, con un sistema tipo SCADA que reporte la información en tiempo real y permitiría identificar y corregir fugas. El embalse Macarao, no ha sido llenado, ni incorporado al Sistema Tuy III, y se deben habilitar y mantener los pozos profundos existentes.

El embalse de Camatagua, principal fuente de agua de Caracas se encuentra actualmente en 1/3 de su capacidad y puede tardar más de 4 años en recuperar su nivel normal; particularmente si como se espera (ver: IRI) los próximos meses serán de lluvias débiles y las condiciones del próximo año pueden ser peores.

La falta de agua por la sequía y por el déficit existente en Caracas, ha obligado al racionamiento, que perdurará en el tiempo a pesar de la llegada de las lluvias.

Eduardo Páez-Pumar H

Contacto: paezpumar@aipop.com.ve / www.aipop.com.ve