on 2013/4/22 3:34:17 (587 reads)
Educación sanitaria ecológica y estudiantes que se cosen la boca
En reciente programa de televisión en el canal del Estado VIVE TV, se explica la manufactura de un tipo de toalla sanitaria ecológica. De acuerdo a la disertación, la presentadora es miembro de una unidad productiva y un consejo comunal. Según la “clase televisada”, las toallas son reusables, más cómodas, no producen alergias y son lavables. Cita a las toallas utilizadas por las abuelas que no tenían la opción de utilizar productos desechables.
Al referirse a la utilidad del producto “fachon”, con palabras textuales dice: “Así no entramos en el ciclo comercial del capitalismo salvaje sino que somos más conscientes en armonía con el ambiente” y “no somos víctimas de procesos de comercialización”.
Si bien es cierto que la educación sanitaria femenina debe invitar a la aceptación y armonización del cuerpo, es inaceptable vincular la educación sanitaria a elementos de ideologización política, como se evidencia en el texto recogido, además de ser absolutamente discutible las condiciones sanitarias de dicho producto.
¿Cuál es el contexto en el que viven estas ciudadanas que desconocen el valor histórico de la aparición de la toalla sanitaria desechable a principios del siglo XX que permitió a la mujer salir al campo laboral con independencia y autoestima hasta hoy llegar a superar en algunas regiones del planeta, las estadísticas de desempeño por encima del sexo masculino?
¿Qué tipo de educación para el trabajo están recibiendo las venezolanas que se están formando bajo esta lupa ideológica que pareciera existir estacionada en el tiempo más de un siglo atrás?
¿Es este tipo de educación la que queremos para nuestras hijas, nietas y ciudadanas?
En otro contexto de ideas, ¿Es necesario que nuestros estudiantes universitario deban recurrir al dantesco acto de coserse la boca para exigir respeto a la democracia?
¿Cuál será el límite de tolerancia?
¿Hasta dónde será burlada la dignidad de los ciudadanos venezolanos?
¿Cómo salir del marasmo educativo que se desnuda en estos patéticos casos, cuando se suma a la circunstancia la permanente suspensión de actividades educativas hasta el punto de que en el presente año, son más de 20 días hábiles los que se han desaprovechado?
Estas y muchas otras preguntas solo consiguen asidero sensato inmediato en el ejercicio del voto como acto de dignificación y de esperanza por un futuro mejor.
¡Recobremos y defendamos la identidad democrática perdida!
Contacto: aipop@aipop.org / www.aipop.org Lic. María Antonieta Angarita