on 2010/11/28 23:11:45 (1085 reads)
La negociación y firma de un Acuerdo de Complementación Económica (ACE) en el marco de la ALADI, es el equivalente en la terminología anglosajona, a un Tratado de Libre Comercio (TLC). La posición del gobierno en las negociaciones económicas internacionales ha sido la de oponerse a los TLC, como sucedió con el ALCA en la III Cumbre de las Américas en Quebec 2001, con el argumento de la existencia de profundas «asimetrías». Posteriormente en reafirmación a esa política, en abril del 2006 como se señaló anteriormente, se denuncia el Acuerdo de Cartagena, como respuesta al TLC entre Colombia y los EEUU. Al mes siguiente el 22 de mayo, anuncia oficialmente la desincorporación del Grupo de los Tres, integrado por México, Colombia y Venezuela.

En esta oportunidad, el propio Presidente reconoce la similitud entre los ACE y los TLC, al expresar en el texto oficial «‘Lejos de representar un acuerdo de complementación, como lo expresa su enunciado, nos encontramos con un Tratado de Libre Comercio.» Todo hace pensar que Colombia hará uso de su poder negociador y su posición de fuerza en estas negociaciones, para lograr las mayores ventajas y condiciones para sus productos y exportaciones. En cambio, Venezuela se encuentra en una posición muy desventajosa, tanto desde el punto político, como económico y comercial. Colombia hasta la fecha, ha negociado (12) acuerdos de Complementación Económica; (7) Acuerdos de Alcance Parcial ;(6) Acuerdos de Libre Comercio – tres de ellos a la espera de la aprobación legislativa, entre estos el de los EE.UU -; (1) Acuerdo de Unión Aduanera y negoció su ingreso a la OMC; lo cual representa una gran experticia y capacidad en este tipo de negociaciones y de las cuales Venezuela en estos momentos adolece. Con esta experiencia, es de esperarse que la propuesta de Colombia para negociar un ACE, será sumamente liberal sin restricciones ni reservas al libre comercio, lo cual es antagónico y contradictorio con el discurso político que el gobierno de Venezuela ha mantenido hasta la fecha. Lo lógico y lo sensato, luego del encuentro con Santos en Santa Marta y de las invocaciones a la memoria del Padre Libertador, era regresar a la CAN, lo cual en términos políticos hubiera sido más beneficioso y en términos económicos menos costoso. En conclusión la negociación de un Acuerdo de Complementación Económica, requerirá en primer término, de una aceptación más amplia del concepto de soberanía, para poder lograr posiciones comunes en un juego ganar – ganar. Por razones muy simples, Colombia viene con posiciones y demandas para el libre comercio en temas como: Trato Nacional, Acceso de Bienes al Mercado y Reglas de Origen; modificación de los Impuestos a las Importación y exportaciones; cambio de políticas en sectores vitales como el automotor y agropecuario; erradicación de los regímenes de Salvaguarda a las Prácticas Desleales de Comercio Internacional y a los subsidios de las exportaciones, lo cual significará un cambio de filosofía en la teoría política del gobierno y un reconocimiento a la existencia de un mundo globalizado, del libre comercio y libre mercado.
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