EL COMPLEJO REFINADOR DE AMUAY
Es una instalación para refinación de petróleo, que está ubicada en la costa occidental de la península de Paraguaná, municipio Los Taques, del estado Falcón, pertenece a la empresa energética estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Estaba ubicada entre las primeras cinco más grandes del mundo; sin embargo, su organización fue reestructurada en 1997, año en el que se unió con la Refinería Cardón, ubicada en la misma península y la Refinería Bajo Grande, en el estado Zulia, para integrar el Centro de Refinación de Paraguaná (CRP), considerado hoy día, uno de los más grandes del mundo.
El 25 de agosto de 2012, a la 01:10 de la madrugada, ocurrió una explosión y posterior incendio en la Refinería de Amuay del Complejo de Refinación Paraguaná (CRP). Este evento fue una de las tragedias de mayor magnitud registrada en las refinerías de petróleo a nivel mundial, en la que perdieron la vida 42 personas, 5 permanecen desaparecidas y más de 150 resultaron seriamente lesionadas –según cifras oficiales-. De igual manera se destruyeron instalaciones industriales, locales comerciales, escuelas y viviendas localizadas en las proximidades del área del siniestro. Los daños estimados por el Centro de Orientación en Energía, COENER, están por el orden de los 1835 millones de dólares.
De acuerdo con esta organización la explosión fue causada por la ignición de una nube de gas creada por un escape incontrolado de Olefinas (componentes inflamables producidos en el proceso de refinación), cuya causa más probable fue el colapso del sello mecánico de una o más de las bombas P-200 A/B/C, ubicadas al pie de las esferas TK 208 y 209, en el área de almacenamiento del Bloque B23 de la Refinería Amuay. La referida nube de gas se esparció en un área extensa, originando el fenómeno denominado “explosión de una nube de gas en un espacio no confinado”.
Existían antecedentes de escapes de gas e incendios en los equipos de bombeo antes mencionados. De igual modo, uno de los informes de la empresa aseguradora documenta la ocurrencia de aproximadamente 100 incendios en el CRP durante el año 2011, la mayoría de éstos aún pendientes por investigación. En general, los indicadores de accidentalidad de PDVSA durante los últimos años muestran una tendencia creciente, con cifras significativamente altas y muy superiores a los promedios internacionales. Esta situación evidencia la pérdida de la Cultura de Seguridad, Salud y Ambiente necesaria para operar, de manera responsable, instalaciones de la magnitud y complejidad de la industria petrolera.
Adicionalmente, se evidenció incumplimiento de la LOPCYMAT, normas PDVSA y prácticas de control de contingencias en el manejo deficiente del operativo durante el combate del incendio en los tanques de hidrocarburos líquidos.
A cuatro años de tan graves acontecimientos, no hay quien se haga responsable de ello, y peor aún no se tienen evidencias que hagan pensar sobre las lecciones aprendidas de esta tragedia, o medidas preventivas tomadas para que hechos como este, no se repitan en el resto de las instalaciones en el oriente de Venezuela; el gobierno planteó sin éxito la hipótesis del “Sabotaje”, la cual quedó rápidamente desvirtuada por la debilidad de los argumentos presentados por el presidente de la empresa estatal, al comprobarse entre otros, deficiencias en los mantenimientos programados de 45 paradas para ese propósito solamente se hicieron nueve en el 2011. Las pérdidas de vidas humanas, no tiene compensación, los familiares de las víctimas no tendrán paz, hasta que se les haga justicia, mientras tanto el expediente No AA50-T-2012-001004 correspondiente al recurso de amparo en favor de las víctimas se encuentra reposando en alguna gaveta del TSJ, hasta que algún día se haga justicia que lleve consuelo a los sobrevivientes.
Contacto: aipop@aipop.org/www.aipop.org
Carlos A. Lee Blanco