EL JUICIO POLÍTCO A LA PRESIDENTE DILIMA RAUSSEFF

   De “golpe de Estado “ han catalogado, algunos personajes  políticos latinoamericanos de la llamada izquierda ,  pero lo cierto del   juicio político  que en el Parlamento brasileño  que se  le sigue a la Presidente Dilma Rauseff es  un impeachment» (juicio político con fines destituyentes) siendo un instrumento  legal presente en las constituciones brasileñas desde 1891 y  que se  le  ha aplicado a solo tres presidentes brasileros,  Getulio Vargas (1951-1914), Fernando Collor de Melo (1990-1992) y  ahora a  Dilma Rousseff (2011 – ),  a  otros tres también Presidentes,  quienes  sus opositores intentaron  abrirles  juicio políticos sin éxito contra los presidentes Campos Salles (1898-1902), Hermes da Fonseca (1910-1914), Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) y Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).

    Por lo tanto,  el  hablar y  el difundir opiniones,  pretendiendo figurar  un golpe de estado a la Presidente Dilma Rousseff, es todo una campaña  distorsión de una realidad   política brasileña, ya que  la Constitución del Estado Federativo de Brasil, establece esa fórmula constitucional para ‘licenciar” a un presidente en ejercicio de la nación más grande del mundo, acusándolo  de presunta corrupción,  por lo tanto  no se le   puede tildar a esa acción constitucional    como un “golpe de Estado”.

    Ese juicio político   constitucional, que se le sigue a la Presidente Dilma Rousseff,     tienen mucha   similitud con el   aplicado  al Presidente Fernando Collor de Mello, en año 1992,   por la Cámara de Diputados, cuando esta lo  destituye  acusado por corrupción. El presidente Collor de Melo, intento, con manifestaciones de calle, impedir su salida constitucional como Presidente de Brasil, pero su respaldo popular,  era muy bajo y las manifestaciones en su contra, cada vez eran mayores pidiendo su renuncia por motivos económico , ya que  la inflación estaba en su periodo en 991 y los niveles de la corrupción de su régimen  eran tan  evidentes, como   sobornos a empresarios por favores políticos, depósitos de sumas enormes de dinero negro a nombre de empresas ficticias en paraísos fiscales y transferencias regulares a las cuentas bancarias de testaferros y amigos del régimen. Lo de hoy, con referencia a la Presidente Dilma Rousseff, está en plan investigación y  es por  eso  que  371, diputados (más de la mayoría requerida 342)  votaron por su pase a la  Cámara del Senado, cuyos 81 miembros decidirán, por mayoría simple, si dan lugar al juicio político, por lo que habrá de esperar hasta  el venidero 1 de mayo, el veredicto de los Senadores.

   Brasil, como país soberano, que  sus órganos de Poder cumplen a cabalidad con lo que les  pauta su Constitución,  por lo que los personajes de la llamada izquierda latinoamericana, que pregonan el “golpe de estado” a la Presidente Rousseff, deben quedar silencio, pues de seguirlo haciendo  se están inmiscuyéndose en la política interna de esa nación, violentando toda norma internacional, por tanto  lo democrático, es lo que en Brasil esta sucedido, pues  su Parlamento, está cumpliendo con lo que la pauta la Constitución del Estado Federativo de Brasil, sin ninguna presión o intimidación de los otros Podres Públicos. Además a ningún país, en especial a Venezuela, le agrada que otras naciones intervengan en su vida política interna. Por lo que Venezuela, debe dejarse de estar metiéndose  en  la política interna de Brasil, pues son los brasileños quienes deben dilucidar sus problemas políticos.

   Sobre ese tan delicado tema de  juicio Político, a la Presidente de  Brasil, Dilma Rousseff,  lo sensato es esperar la postura de los Senadores brasileño y no alardear  en una campaña propagandista proselitista  que en la nación más grande del mundo, el Parlamento   está dando un golpe de estado, pues los Diputados, ni los Senadores en Brasil, dan “golpes de Estado”, sino que s ellos  son  más bien los garantes de una democracia participativa y protagónica.

Contacto: aipop@aipop.org  / www.aipop.org                                                                            Levy Benshimol R.