EL LEGADO DEL SOCIALISMO EN VENEZUELA

Hace 40 años pensar que llegaría el comunismo a Venezuela lucía como un cuento imposible de hacerse realidad. Un país que desde 1958 exhibía desde la perspectiva política un modelo constitucional democrático estable, con alternancia de partidos políticos en el  poder y una Constitución modelo en Iberoamérica que permitía la representación de las minorías políticas. Un sistema económico y social que permitió la expansión de los sistemas de salud y educación públicas, así como la creación de infraestructura comunicacional, ciudades, grandes hidroeléctricas, entre otros. Una nación catalogada como la de mayor progreso en Latinoamérica.

 ¿Qué pasó en Venezuela? Es la pregunta que se hacen propios y extraños. Hoy volvemos a estar en las cifras record, no solo de la región sino del mundo, en este caso no para enorgullecernos sino para lamentarnos. Según Transparencia Internacional de 168 países analizados, el nuestro ocupa el puesto 158 más corrupto del mundo. Por supuesto, somos el primero de Latinoamérica. Según la organización mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, de las 20 ciudades más peligrosas del mundo, 4 son venezolanas. Lamentablemente, encabezándolas con nuestra capital Caracas, la ciudad más violenta del planeta. Según estudios privados, solamente el año pasado, se produjeron 27.875 defunciones violentas. Tenemos una tasa de 90 muertes por 100.000 habitantes en esta categoría. A pesar de que no vivimos una guerra, somos el país más violento del mundo.

En el campo económico encabezamos la lista mundial con la inflación más alta. En este momento tenemos oficialmente 180% y en estudios privados supera el 250%. El Fondo Monetario Internacional estima que este año podemos cerrar en 720%. No piensen que se ha agregado un 0 por error en la transcripción. Así mismo pronostican que la economía decrecerá 10%. La Encuesta de Condiciones de Vida realizada por universidades venezolanas ubicó que el 76% de la población vive en pobreza. La percepción de escasez de productos básicos de acuerdo a encuestadoras de prestigio supera el 90%. El salario mínimo en términos reales no supera los 10 dólares mensuales.

Este es el legado de Chávez. Es la herencia del socialismo del siglo XXI. La fórmula es sencilla. Administraron la nación con el precio petrolero más alto de la historia y con las reservas más grandes del mundo. Todos los poderes públicos al servicio mesiánico de un líder y un partido político. Todo está quebrado. La nueva Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional estima que desaparecieron de manera irregular alrededor de 300 mil millones de dólares. De ser así, es el saqueo más grande que ha recibido un país en el hemisferio occidental.

Mientras había altos precios petroleros y se exterminaba la producción nacional, el país estaba abastecido porque los dólares provenientes del petróleo permitían importar todo. Los precios petroleros bajaron de US$ 150 a US$ 25 por barril. Hoy no tenemos nada. Ni lo producimos ni tenemos el dinero para importarlo. Eso afecta rubros como la comida y peor aún, medicinas. Gente que muere por no tener acceso a medicinas que no se producen en el país.

Se abrió una puerta al cambio el pasado 06 de diciembre de 2015 cuando la oposición venció al gobierno en unas desiguales elecciones parlamentarias. Sin embargo la situación no es fácil. El régimen desconoce a diario al Poder Legislativo. El reto que tendrá el viejo y nuevo liderazgo del país es afrontar una transición política en el medio de la peor tempestad económica de nuestra historia.

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                        PEDRO ALFONSO DEL PINO