¡EL VOTO ESTUPIDO!
Un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello, revela que el 98% de los venezolanos quieren votar, esto indica sin lugar a dudas que todo el país encuentra en el voto el elemento capaz de unificar al país para satisfacer la voluntad de cambio que hoy expresan el 82% de los ciudadanos. Este dato expresa también una voluntad de paz de resolver por la vía Constitucional, democrática, pacífica y electoral, el infame trance en que se encuentra la sociedad venezolana hundida en una inmensa tragedia humanitaria.
La experiencia internacional de otros países que debieron realizar procesos de transición de un régimen dictatorial a un régimen democrático nos enseñan que estos procesos se lograron producir en paz donde se pusieron en marchas mecanismos institucionales que los hicieron posibles, son los casos de España (1977) y Chile (1988), por poner dos ejemplos prominentes.
En Venezuela la Constitución de 1999, contempla una serie de mecanismos que pudieran permitir un cambio constitucional, democrático y pacífico, pero el régimen socialista-castro-chavista, bloquea cualquiera de las posibilidades de solución legal y legitima como: la enmienda, la Constituyente, el Referendo Revocatorio, por sólo poner algunos ejemplos. La salida que hoy concita el mayor apoyo es el referendo revocatorio pero el CNE al servicio del poder, contrariando y violando abiertamente los derechos de la población bloquea de manera arbitraria el ejercicio y expresión de la voluntad popular que quiere un cambio en virtud de la actual debacle de la vida económica, material, social y cultural del país.
El régimen promueve la violencia al reprimir salvajemente la iniciativa de los ciudadanos de reclamar en la calle que se active el mecanismo revocatorio. La oposición cumple con los requisitos legales prescritos recogiendo las firmas, pero el CNE, recurre a artimañas ilegitimas violatorios de su propio reglamento para impedir la realización del revocatorio. Esta actitud genera una deriva hacia la violencia impulsada por el régimen movida por la voluntad criminal de permanecer eternamente en el poder.
El voto que es la expresión por excelencia de la manifestación de voluntad de los ciudadanos para darse el gobierno que desean constituye hoy el elemento que vuelve a conectar a toda la ciudadanía sin distingo alguno. La población quiere votar para expresar su voluntad política en un sentido o en otro. Que sea el voto quien decida. La oposición a través del voto se conecta con la mayoría del país que quiere soluciones y que rechaza la violencia. El chavismo rechazando que la voluntad de cambio se exprese con el voto se coloca de espalda de la voluntad nacional. El voto como consigna política es inderrotable y marca el fin del régimen.
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Pedro Castro Guillen