on 2012/6/4 1:17:06 (1090 reads)
El programa Hambre Cero ejecutado en la República de Brasil, es un plan para la reducción de la desnutrición, el hambre y la pobreza. Fue diseñado por el Instituto de Ciudadanía, una ONG dirigida por el Sociólogo Herbert de Souza, e iniciado por el gobierno de Luis Ignacio Lula a partir del año 2002. Este programa constituye la iniciativa contra el hambre más exitosa e importante a nivel mundial. Paradójicamente, a pesar de ser Brasil uno de los 5 primeros países productores de alimentos del planeta, tenía para el año de inicio del programa más de 44 millones de personas afectadas por el hambre, hoy día esa situación ha cambiado de manera radical. No es un programa asistencialista, su concepción de integralidad lo convierte en un plan liberador para salir de la pobreza.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), realizó una evaluación del programa de donde se obtuvieron las siguientes enseñanzas que podrían servir de guía u orientación para la implementación de planes similares en otros países, he aquí las 10 principales lecciones:
1.- El crecimiento agrícola, en especial el basado en la actividad de las grandes empresas, no se traduce automáticamente en reducción del hambre, y puede incluso exacerbarla. Solo programas específicos que ataquen directamente las causas pueden tener éxito
2.- Es necesario un compromiso político fuerte y sostenido, de carácter multipartidista, que convierta la erradicación del hambre en un gran objetivo nacional. Este compromiso debe expresarse en leyes y políticas públicas.
3.- Hay que tener audacia al establecer objetivos trascendentes y asumir los riesgos que ello implica
4.- Ampliar rápidamente la capacidad de producción y/o adquisición de alimentos de la población objetivo, estableciendo las instituciones, políticas y programas que enfrenten las causas.
5.- Debe otorgársele un enfoque multisectorial a la Seguridad Alimentaria, con una institución pública líder, que coordine todos los aspectos relacionados con la producción, calidad y consumo de alimentos, además de lo relacionado con la salud, la nutrición y la educación
6.- Es necesario involucrar a las organizaciones de la sociedad civil, además del sector empresarial privado, en la operación de los programas
7.- Hay que elaborar programas específicos diferenciados para las áreas rurales y urbanas, que distingan las necesidades y oportunidades para cada realidad
8.- Deben implementarse sistemas de monitoreo y evaluación, diseñados para generar un flujo continuo de información sobre el desempeño e impacto de los programas.
9.- Hacer inversiones importantes en el sistema de administración de los programas, incluyendo un catastro único que permita identificar a los beneficiarios, garantizar la transparencia en el manejo de los recursos y perfeccionar el proceso de selección de los beneficiarios
10.- Los programas de seguridad social alimentaria y reducción de la pobreza pueden ser fiscalmente sostenibles.
Otro factor de éxito indiscutible en la instrumentación del programa, lo constituye la incorporación de todos los gobiernos estadales y municipales sin ningún género de discriminación política.
Agrotécnico Luis Hidalgo Parisca