on 2011/5/9 13:44:36 (1025 reads)
No ha causado ninguna sorpresa la onerosa campaña que anuncia con bombos y platillos el lanzamiento de la llamada “Gran Misión Vivienda” por parte del Gobierno Nacional, hecho que ocurre “coincidencialmente” con la cercanía de una campaña electoral para unas elecciones las cuales revisten un real, directo y verdadero peligro para la permanencia del actual régimen.
En las últimas elecciones realizadas en el País se nombraron gobernadores, alcaldes, diputados a la AN y se propusieron cambios a
la constitución, pero en todos estos procesos no se ponía en juego la permanencia del Presidente de la República en su cargo. En esos casos el gobierno podía darse el lujo de perder pero el Presidente continuaba manteniéndose en el poder.
Esta real y determinante importancia que involucran estas próximas elecciones, en las cuales si está en juego la permanencia en el poder del presidente, había que enfrentarla con una campaña y una estrategia
realmente efectiva que sustituyera a una inexistente presentación de una positiva gestión de 14 años de gobierno (1998 – 2012).
Es evidente y notorio que en estos casi 13 años de gestión, el gobierno no solo ha fracasado en solucionar los problemas tal como lo ofreció al electorado, sino que estos han crecido y aumentado en proporciones realmente descomunales, afectando así a los sectores más pobres principalmente. En efecto, la corrupción desmedida, la inseguridad absoluta de los ciudadanos, las fallas crecientes de los servicios públicos, el mal estado de las vías de comunicación, la inflación más alta del mundo, la catastrófica situación de las cárceles y el sistema judicial, el desempleo, la escasez de productos, la falta de viviendas etc. etc… son problemas que durante esta administración han aumentado notablemente.
Ante esta situación y basándose en el hecho de que la gente vota por esperanzas y expectativas, el Gobierno recurre una vez más al recurso de prometer y ofrecer villas y castillos confiados en que el pueblo continuará creyendo en promesas después de tantos años de incumplimiento manifiesto. ¿Y qué mejor oferta que aquella que requiere un cierto plazo para su cumplimiento? como lo es el de la construcción de viviendas?. De esta manera la promesa se prorrogará hasta después de las elecciones, o
sea, que será después de ser reelegido cuando la población se dará cuenta que la promesa era imposible de cumplir, pero ya se habrá logrado el objetivo verdaderamente importante para el gobierno: ganar las
elecciones! Mientras tanto se construirán unas cuantas viviendas en lugares muy visibles y se entregarán las viviendas tomadas a los constructores privados venezolanos y con un gasto multimillonario en
publicidad, cadenas de televisión etc. se pretenderá convencer a la población (léase “electores”) de que efectivamente SI se están cumpliendo las metas ofrecidas.
Ante esta situación podemos hacer unas reflexiones:
1. Esta promesa no es la primera que hace el gobierno en materia de vivienda. En estos años el propio presidente ha presentado en innumerables ocasiones planes y proyectos de viviendas que nunca han
sido realmente cumplidos.
2. Este gobierno es el gobierno que históricamente ha construido menos viviendas a pesar de que ha consumido más del doble de tiempo que cualquier otra gestión gubernamental.
3. No existen ni los organismos aptos, ni los terrenos disponibles, ni los servicios públicos, ni los insumos necesarios, ni las empresas apropiadas, ni la capacidad y efectividad necesarias por parte del gobierno para cumplir con las metas propuestas.
En resumen, nos encontramos ante un engaño más! ¿Hasta cuándo creerá el pueblo?
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Ing. Sebastian Paz Codecido