on 2011/2/7 14:07:56 (744 reads)
LA VIVIENDA, UN PROBLEMA COMPLEJO
En nuestro
Boletín N° 1 (pág. 4) hablamos de la tendencia de «simplificar» el tema de la vivienda en Venezuela. Se habló de la tendencia que existe a reducir esa problemática a simples números y a sólo «cuantificar» el problema. En AIPOP hemos expuesto muchos otros aspectos de índole cualitativos que influían en la planificación y programación de una política seria y efectiva para acometer este problema en toda su integridad, con la finalidad de poder alcanzar las metas inherentes a un «hábitat realmente digno» para los venezolanos. O sea, se trata de producir viviendas dentro de un ambiente armónico, donde además del hogar, se provean los servicios básicos, la educación, el empleo, el transporte y la movilidad, las facilidades comunales etc.; y que estas estén al alcance de sus habitantes, permitiéndoles una vida y un desarrollo decente y humano. Esto es en nuestro concepto lo que califica una vivienda de «digna». No es sólo el número de metros cuadrados lo que califica a una vivienda como humana y habitable; es el marco de vida que le permita a la persona vivir e integrarse a la sociedad, así como la posibilidad de mejoramiento de la persona y su familia. Las tragedias ocurridas en los últimos meses en Venezuela, las cuales han producido un elevadísimo número de damnificados, ha llevado a la palestra pública el tema de esta lamentable situación. Se ha llegado al punto de que además de ser un tema cotidiano en los medios de comunicación, ha llegado a formar parte de la discusión política del país a todos sus niveles. Desde los niveles más altos del Estado, hasta autoridades regionales y locales. Todos han lanzado planes de vivienda de la noche a la mañana, como si se tratara tan solo de encontrar un terreno, solar o galpón dentro de las ya congestionadas y mal planificadas ciudades y zonas urbanas, para construir determinado «número» de viviendas. (Esto se debe a que no se han previsto ni urbanizado terrenos para tal fin en los últimos años) Tampoco se ha pensado en el uso que estos espacios, amenazados de ser expropiados, deben cumplir dentro de la ciudad, menos aún en cual tipo de vivienda se ajusta a las costumbres e idiosincrasia de las familias a atender, mucho menos en el aumento de la necesidad de servicios básicos y comunales requeridos en una ciudad ya congestionada y al borde del colapso. No. ¡Sólo se trata de anunciar la construcción de tantas viviendas en tanto tiempo! Quienes así opinan no tienen la menor idea de lo que supone la programación de un desarrollo de viviendas que de verdad ofrezcan un hábitat digno y decente a sus pobladores. Hay que considerar, que al tomar estas decisiones, se está eliminando la posibilidad de aliviar al caos urbanístico y la falta de servicios que actualmente nos aqueja. La gente necesita sitios de trabajo, instalaciones educativas, comercios, servicios de salud, etc. Si se destinan estos espacios para ocuparlos con viviendas, sin previo estudio, ¿Donde encontraran estos servicios sus mismos adjudicatarios e incluso los habitantes actuales? El hecho de ocupar ciertas posiciones públicas dentro de la sociedad, no otorga ni concede el conocimiento necesario para tomar decisiones sin consultar a las comunidades organizadas, ni a los pocos planes de desarrollo que existen o están estudiándose. Hay que oír a los expertos y a las personas que han manejado profesionalmente y durante años, las características de estos problemas. Hacemos un llamado a las autoridades a mantener la cordura necesaria al tratar temas complejos e importantes que afectan a los venezolanos tanto en el presente como en el futuro.
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