on 2010/11/28 23:18:43 (3563 reads)
Habíamos escrito y publicado hace mes y medio atrás, lo que iba a suceder de continuar el ciclo de lluvias pronosticado por el INAMEH. Hoy con tristeza vemos la emergencia en que nos encontramos sumergidos, una vialidad a punto de desaparecer, inundaciones causadas por falta de mantenimiento de los causes de los ríos, techos y paredes que ceden en viviendas etc.

En pocas palabras, un gran despelote, por la irresponsabilidad del gobierno central, los gobiernos regionales y las alcaldías, que por su dedicación al proselitismo político, se olvidan de sus funciones. No hay prevención, se desconoce un mapa de riesgos, no se atacan los frentes que pudieran ser detonantes de una emergencia, se permite construcciones en zonas de alto riesgo, algunas veces se aúpan estas construcciones, no se ejecutan planes de limpieza de lechos de quebradas y torrenteras. Todo esto aunado a la furia implacable de la naturaleza, nos da un cuadro de hambre, miseria, descomposición social, y miles de miles de seres humanos sumidos en la incertidumbre. Quienes han perdido sus casas, sus ranchos y su mañana, se verán encerrados dentro de carpas del ejército bolivariano, o en el mejor de los casos, en galpones, para vivir en promiscuidad, sin que el sol les alumbre una mejor vida. Creemos que si las lluvias no los diezmaron, vendrán las enfermedades y las epidemias, que minarán lo poco de salud que les queda. No entendemos como los gobernantes, ya sean afectos al régimen o contrarios al mismo, son tan indolentes. En este momento, la solución de atención deberá ser mancomunada, con esfuerzos múltiples de gobiernos regionales, alcaldías y del gobierno central, en proyectos a desarrollar, como un solo hombre, y en beneficio de esta gente. Ellos, los pobres, los que no tienen, los necesitados, que son así, no por capricho, sino por un destino que les deparó la vida, esperan con esperanzas, que es lo único que no han perdido, la solución habitacional que bien merecen, sin color político; que lo poco que tenían y lo han perdido, les sea devuelto, que sus hijos puedan continuar en las escuela, empeñados en aprender, en graduarse y en un futuro, como profesionales de la República, ascender junto con su familia y disfrutar de las cosas bonitas de la vida. Estas personas, estas familias, no podrán seguir siendo dependientes de la dadiva que los organismos gubernamentales pudieran darle. Tienen derecho a surgir por motus propio. Venezuela es aún, un país rico, con grandes esperanzas en sus conciudadanos. Lo que ha pasado, es un accidente del cual debemos recuperarlos. Sirva esto, una vez más, para qué quienes nos gobiernan, entiendan que deben hacer esfuerzos para que no se permitan más construcciones en zonas de alto riesgo, que los planes de recuperación de la vialidad, deben efectuarse dentro de los parámetros de honestidad, que los planes de mantenimiento de lechos de quebradas, torrenteras y desagües, deben ser permanentes y no solo cuando las lluvias se acercan. Por cierto, nos hemos sorprendido al leer y ver en los medios de comunicación, el señalamiento al Ministerio de la Salud, en cuanto a que se quería destinar un hospital de la capital de la República, para albergar damnificados. Ya el problema con los damnificados existe, no es esa la solución; más bien crearía un problema adicional. La solución, es prever en la época de verano, la disposición de refugios no permanentes, en donde puedan permanecer los damnificados, con las mínimas normas que un ser humano necesita. Por último, al Señor Presidente de la República: Como consecuencia de las lluvias, aumentó la necesidad de viviendas. Calculamos más de 25.000 personas damnificadas, con pérdida total. Inicie ya, de inmediato, la construcción de soluciones habitacionales, establezca un plazo corto de ejecución y exija que se trabaje en ellas las 24 horas del día.
Contacto:

franciscodaboin2002@aipop.org / www.aipop.com.ve Francisco Daboin Lupi