on 2011/6/27 21:26:22 (910 reads)
Días atrás fuimos informados de un incendio, ocurrido en la zona de Boleíta, el cual agarró dimensiones graves y fue necesaria la intervención del cuerpo de Bomberos donde se utilizaron más de 600 efectivos en la lucha por controlarlo y luego su refrescamiento ocupó la mayor parte del día.
En dicho local, habían almacenadas sustancias peligrosas, aparentemente sin normas mínimas de seguridad. Así mismo, en los locales aledaños se corrió el riesgo de una propagación que afectaría otras estructuras. Gracias a Dios, esto no sucedió.
Las informaciones de los medios de comunicación, indicaron inicialmente la falta de agua para combatir el fuego. Se descubrió que el hidrante estaba inservible y que los hidrantes que existían cercanos a este, no tenían el preciado liquido. También pudimos conocer, la falta de medidas de seguridad, alarma de incendios, control de fuego con extintores y riego a través de equipos instalados en la estructura, etc.
Debemos referirnos a una situación que acontece, no solo en la zona del siniestro, sino en toda la ciudad capital, en la que existen edificaciones que no cumplen con las normas mínimas que se exigen para evitar un siniestro; edificaciones que tienen largo tiempo de construcción, sumado a que el
sistema de hidrantes de la ciudad no funciona y cualquier pequeño incendio, se convierte en un gran riesgo de seguridad por lo antes expuesto.
Entendemos que propietarios e inquilinos incumplen las normativas de seguridad, unos por falta de conciencia y otros pensado en la picaresca del venezolano, buscan vías alternas para no cumplir con dicho equipamiento.
Es bueno recordar y recomendar, las inspecciones periódicas, que los Bomberos deben ejecutar a lo largo y ancho de la ciudad exigiendo el cumplimiento y la obligatoriedad de las normas, aun mas,
pudieran auxiliarse con los funcionarios y voluntarios de Protección Civil, asimismo las Alcaldías y Gobernaciones, tienen suficiente personal que deberían integrar en un equipo, con los Bomberos a la cabeza.
Que no escapen los edificios públicos, las comunidades educativas, embajadas, consulados, oficinas, conjuntos residencias, es decir todo el mundo, a las inspecciones periódicas, para revisar el funcionamiento de los equipos, quienes los tengan. A quienes no hayan cumplido, debería obligárseles a hacerlo en un lapso perentorio.
Sería interesante como labor de enseñanza, la constitución de brigadistas dependientes tanto de los bomberos, como de Protección Civil, debidamente entrenados y realizando diferentes simulacros a lo
largo de los 365 días del año. Es un reto. Acéptenlo. La comunidad se los agradecerá.
Contacto: franciscodaboin2002@aipop.com.ve / www.aipop.org Comisario Francisco Daboín Lupi