on 2011/2/2 17:35:59 (1844 reads)
Venezuela saldrá en los próximos días del Mercado Andino, gracias a la ausencia de visión de país y de una política industrial progresista. Ya a finales del siglo pasado, fue superada la discusión sobre la necesidad del proteccionismo. Las normas y barreras comerciales sobre la pequeña, media y gran industria, hoy, en la mayoría de los países en vías de desarrollo e industrialización, se han concientizado en cuanto a la importancia de tener una política industrial que fomente y profundice la relación simbiótica, «desarrollo-competitividad-empleo», ante la oportunidad ineludible que nos ofrece la globalización, la cual ha facilitado y acelerado, la transferencia del conocimiento y la información local, regional y mundial. Del mismo modo, se han acelerado las transacciones internacionales comerciales y financieras. Es decir, se refiere a la prolongación más allá de las fronteras nacionales, de las mismas fuerzas de mercado que durante siglos, han operado en todos los niveles de la actividad económica humana. Entonces, la globalización en términos económicos, es un proceso histórico que se produce como resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico que responde a la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y de los flujos financieros, pero abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales. La interconexión de los mercados entonces, promueven la eficiencia por medio de la inevitable competencia, la división y especialización del trabajo, es decir especialización que permite o da la oportunidad a las personas y a las economías, de centrarse en lo que mejor saben hacer y donde poseen mejores fortalezas. En una visión progresista, gracias a la globalización, es posible obtener ventajas de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y tener mayor y más fácil acceso a los flujos de capital, a la tecnología, beneficiarse de importaciones más baratas y mercados de exportación más amplios. Sin embargo, los mercados no garantizan necesariamente que la mayor eficiencia descrita, beneficiará a todos por igual. Los países, las empresas y los ciudadanos, deben estar dispuestos a adoptar las políticas necesarias para que así ocurra. No querer entender esto, es negarle la posibilidad al sector Industrial Venezolano de crecer, innovar y mejorar para contribuir al desarrollo de nuestro país y garantizar mejores y mayores niveles de calidad de vida.
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