on 2014/10/9 16:06:34 (180 reads)

SORPRESAS EN COLOMBIA
“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería”
Otto Von Bismark
Aunque el título parezca equivocado no lo cambio. Como diría el Chapulín Colorado, lo sospechamos desde un principio.
El déficit que nadie sabe a cuanto asciende porque hace parte de las mentiras de Juanpa, supera los 12 billones de pesos. No debería existir si le creemos a Mauricio Cárdenas, quien hace unos meses en el discurso central de graduación de bachilleres en el colegio Los Nogales aseguró que para los programas pendientes había recursos suficientes. No contaba con que su jefe los derrocharía en mermelada para lograr la reelección, entonces no nos llamemos a engaño ni aterremos con la nueva reforma tributaria que golpeará a los de abajo, conserva el “transitorio” cuatro por mil, suprime la devolución de impuestos a las tarjetas de crédito y le cambia de nombre, para embaucar incautos, al
impuesto sobre el patrimonio. De paso, deja de lado promesas como la de rebajar los aportes de salud a los jubilados, no importa, si Juanpa fue capaz de embolatarle a César Gaviria la designación de Simón el bobito como ministro de hacienda, engañar jubilados es obra de carpintería ligera.
Tampoco es sorpresa el manejo que se le está dando a las víctimas, un esperpento. Ahora las FARC pretenden llevar los prisioneros de las FARC, detenidos por sus fechorías, al sainete de la Habana donde va el General Mendieta que cumplía con el deber de defender a los colombianos. Es el fruto de estar equiparando un grupo de facinerosos con el Estado colombiano. Pero Mendieta según ellos no fue víctima después de estar encadenado durante doce años, los detenidos de las FARC, lo son.
Pastora Mira fue abandonada por su primer esposo, su hijo se lo levó la guerrilla y el otro lo asesinaron los paramilitares, trabaja de sol a sol para lograr su sustento y es maltratada físicamente por su nuevo compañero. Una tarde llega un guerrillero herido a su casa y ella lo atiende y limpia sus heridas, lo lleva a uno de los cuartos de su humilde vivienda. En la noche el guerrillero observa en las paredes varias fotos del hijo que Pastora no ve hace tiempo. Al día siguiente el guerrillero le
pregunta quién es él, y cuando le contesta que su hijo, el otro le dice: a ese man lo matamos la semana pasada. Días más tarde a su hija menor le diagnostican cáncer cerebral. ¿Es Pastora una víctima? o ¿lo son sus victimarios? No soy capaz de tragarme el cuento de que sean los segundos.
La Iglesia ha sido clara, así se expresó el Cardenal Rubén Salazar en el tercer Congreso Mundial de la Misericordia: “En todo proceso de conversión se parte siempre del principio de que se tiene que reconocer la realidad y la naturaleza del pecado. El primer paso es el examen de conciencia. Que ellos sean capaces de dejar a un lado todas las mentiras que se han dicho a lo largo de todos estos años de conflicto y, por lo tanto, que poco a poco puedan descubrir toda la verdad. Y a la luz de esa verdad sean capaces de darse cuenta de la enormidad del crimen cometido y el daño causado a la dignidad de otros seres humanos.” No solamente ellos, Juanpa también debe reconocer sus mentiras.
Rafael Uribe Uribe