on 2011/11/7 1:53:14 (669 reads)
Aún cuando un fenómeno de la naturaleza sea imposible de predecir, creemos que debemos de estar preparados para reaccionar en caso de que llegue a suceder.
Hablamos de un terremoto, movimientos del suelo, con consecuencias graves de desaparición de seres humanos, hundimiento de terrenos, casas, edificios, ,ranchos, es decir todo lo que signifique edificaciones, sean grandes o pequeñas de acuerdo a la magnitud, tienden a desaparecer.
Recordemos que vivimos en una zona sísmica, propensa, que en periodo de retorno, se producen movimientos de placas tectónicas.
Las zonas de Altamira, La Castellana, Los Palos Grandes, incluyendo a San Bernardino, están en zona de riesgo, inminente, más el oeste completo, en sus cerros, son zonas a considerar de un riesgo moderado, ya que sus construcciones, desarrollos, en tierras no aptas y en crecimiento desordenado sin control, serian otro foco de devastación.
La población, debe inicialmente a tener paciencia, entrenamiento, y una forma ordenada de protegerse, evacuar y ayudar a las autoridades a manejar la contingencia. La formación es necesaria para afrontar el problema, educando continuamente y capacitando a la población, a través de una campaña de concientización de los riesgo y de, como afrontar y actuar en dicha situación telúrica. Recuerdo el terremoto de Cariaco, en donde participe para auxiliar a la población, en la escuela de la localidad murieron inocentes criaturas, aplastadas por las placas de los techos y como técnico en siniestro, aseguro que muchas vidas se hubiesen salvado de haber recibido un entrenamiento, adecuado.
Creo además de suma importancia la elaboración de un plan de contingencia, que contemple sitios de tiraje a lo largo y ancho de la ciudad, la colocación de hospitales móviles para atención de heridos, la identificación inmediata de los fallecidos, su pronto despacho con la participación de su familiares para su sepultura, identificación de sitios ya sean estos colegios, campos deportivos, plazas, zonas extensas donde se puedan hacer operaciones con helicópteros y lograr la tranquilidad paulatina de la población, debería incluirse también a los medios de comunicación, auxiliares necesarios de divulgación, y muro de contención en cualquier desastre.
Recordemos que en la zona de San Bernardino, se concentra el 80% de la atención hospitalaria, sea oficial o privada. No importa si no sucede nada, es preferible prevenir, y estar ojo avizor, recordemos el desastre de las lluvias de diciembre del 2010 que arrojaron 130.000 familias sin vivienda y la mayoría de ellas actualmente, luego de meses y más meses, siguen damnificados, viviendo en refugios y alejados de su círculo familiar carentes de las necesidades básicas que da la unión familiar
Contacto:aipop@aipop.org Francisco Daboin Lupi