on 2011/5/9 14:21:23 (1062 reads)
En las últimas semanas han sido reseñadas en la prensa nacional, las declaraciones de voceros de partidos políticos, concretamente de Primero Justicia, en la insistencia de la aprobación de una ley conocida como
Ley Desarme. Hemos leído el acompañamiento que ha dado a este planteamiento, el Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, quien considera como prioritario ejecutar esta política.
Recordamos que ella se convirtió en una consigna de campana electoral y su mala redacción y contenido, indicaba cambiar armas por dinero, o su destrucción inmediata, olvidándose de los delitos cometidos, que
científicamente pudieran los cuerpos de seguridad resolver con este armamento. Asimismo el ofrecimiento de una suma irrisoria como recompensa al entregar el armamento.
Vimos igualmente, el proyecto de ley del Ejecutivo Nacional, que perseguía el desarme, obligando a entregar sus armas, a quienes tienen sus portes de arma, expedidos legalmente por la Dirección de Armamento del Ministerio de la Defensa, previo el cumplimiento de todos los requisitos legales solicitados. Es decir: examen psicotécnico, prueba de balística, no poseer antecedentes penales y el pago de la tasa respectiva, al fisco nacional. Hasta el momento no ha salido una luz que brille, en la solución.
Por un lado, existe una campaña demagógica y por el otro la persecución a quienes cumplen con la ley.
Pudimos asimismo leer unas declaraciones de Luis Cedeño, perteneciente a la ONG, Paz Activa, que recomendaba la modificación de la Ley de Armas y Explosivos, que data de los años 40, y no mencionaba
la operación desarme, ya que la situación estaba muy politizada y no era recomendable. Diría: solución aceptable e inteligente, sin tinte político.
Creemos, que quien porta un arma con se debido registro, dentro de la normativa legal, lo hace para su cuido personal y el de su familia; así como el de sus bienes. El hampa ha desbordado los parámetros
normales del sistema de seguridad. Los organismos policiales y de investigación, aun cuando tienen los mejores deseos de combatir el crimen, no se dan abasto para reducir considerablemente las estadísticas.
Agregaremos varias consideraciones: sueldos bajos, falta de material rodante para sus operaciones, mala seguridad social, en algunos falta de mística, infiltración del hampa, mas el cumplimiento de misiones que
no son de su competencia.
Por ejemplo, es bueno felicitar y aplaudir los operativos del CICPC, previa planificación, búsqueda y
análisis de información: así como el esfuerzo de la nueva Policía Nacional, cuyo director es un civil egresado del cuerpo civil y con un horizonte de técnicas policiales y no técnicas militares. Con solo 3.000
Hombres, tenemos que reconocer que es poco lo que pueda hacerse.
A los señores políticos, por favor, por Venezuela, por sus hijos, no hagan demagogia con un problema tan grave como el de la inseguridad, que cuesta vidas, que no permite el desplazamiento con tranquilidad por
la ciudad, que nos ha obligado a estar en los hogares, a muy tempranas horas y tener un exceso de mecanismos de seguridad para medio protegernos.
Recuerden que el armamento ilegal ha llegado a manos del hampa, procedente de los parques militares, seguramente de algunas policías, del asalto a viviendas de altos oficiales de la Fuerza Armada Nacional;
así como también, repartido por Alcaldes irresponsables y miembros de partidos políticos.
Con una operación desarme o una ley, no se controla el problema de la delincuencia. El choro, el atracador, el homicida, porta su armamento sin permiso. Suban cerros, busquen información previa de inteligencia, busquen las guaridas y su armamento y dejen en paz, a quien en paz está.
Contacto: franciscodaboin2002@aipop.com.ve / www.aipop.com.ve Comisario José Francisco Daboín Lupi