VENEZUELA EN LA FRONTERA DEL CAOS
Cuando, un país se encuentra en una situación límite, cuando las opciones son restringidas, cuando el caos y la ruptura del tejido social, dejan de ser una posibilidad, para convertirse en una trágica realidad, es el momento ineludible para que todos los hombres de bien, los líderes sociales abandonen sus cómodas situaciones subjetivas, para inducirnos hacia la participación activa donde todos puedan contribuir con su esfuerzo hacia la obtención de una mejor calidad de vida.
En una aproximación para la reconstrucción del tejido social, sería importante compartir una visión sobre ¿Cuál ES EL NIVEL DE BIENESTAR, CUALES SERÍAN LOS ELEMENTOS ESENCIALES PARA IDENTIFICAR LAS CONDICIONES MATERIALES Y LA CALIDAD DE VIDA? En un estudio comparativo ,se podría observar que existen diferencias sobre estos puntos, sin embargo en Venezuela debido a su situación al borde del colapso, las pérdidas ocasionadas por la inflación, la escasez de productos así como la inseguridad han convertido a los venezolanos en unos seres concentrados en la lucha diaria por su supervivencia, Es en este contexto, donde tenemos carencias de tal magnitud, que se requiere un enfoque multidimensional, capaz de garantizar la realización del potencial de cada uno de los individuos e instituciones que la representan.
En una propuesta, no podría obviarse la situación manifiesta en toda la población, la carencia de alimentos que traducida en los sectores de menores recursos, es tan preocupante que, ya voces autorizadas han opinado sobre las consecuencias en el deterioro de la salud, en las dificultades para el aprendizaje además de la relación que existe entre el nivel socioeconómico y el rendimiento escolar. Por otra parte, el poder adquisitivo de nuestros trabajadores presenta una brecha insostenible incapaz de cumplir en la satisfacción de las necesidades básicas.
Por estas razones pretendemos sugerir que se consideren prioritarios el objetivo de los salarios dignos, en un enfoque multidisciplinario que conlleve el incremento de la productividad, la inversión en capital físico, ajustar las competencias a las necesidades del mercado laboral, desarrollar e incentivar la innovación. . En otras palabras una mejor calidad de vida es consustancial con una mayor y mejor productividad, en los sectores generadores de empleos calificados. El otro elemento en nuestra opinión a considerar es el de la salud, cuya responsabilidad requiere un compromiso del gobierno con la sociedad civil que haga factible el derecho a una vida mejor. La seguridad con una política clara de respeto a los derechos humanos, sin impunidad y de inducir a la sociedad a un esfuerzo para la rehabilitación de los valores en la familia, en la escuela, la sustitución del facilismo por el esfuerzo individual, la responsabilidad, creación de un entorno exigente, donde la excelencia y el mérito constituyan una real oportunidad de cambio.
“Si no emprendemos acciones para impulsar la productividad y el crecimiento potencial, tanto las generaciones jóvenes como las mayores se encontrarán en peores condiciones “Catherin L Mann Economista jefe OCDE.
Contacto: aipop@aipop.org / www.aipop.org Aida Lamus