VENEZUELA UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN TAMAÑO PATRIA
La filosofa judeo-norteamericana Hannah Arendt, quien realizó y escribió el estudio canónico sobre el totalitarismo, planteó que la única institución del totalitarismo es el campo de concentración. Por obra del chavismo-castrismo-madurismo-diosdadismo, Venezuela está sumida en la muy sui generis circunstancia de ser un inmenso campo de concentración en donde se padecen todos las arbitrariedades y violaciones propias de esta institución ejecutadas con toda sevicia sobre la población.
Estoy consciente de que seré acusado de exageración, que todavía no estamos en esa situación. Creo que no, porque no se trata de una simple perspectiva. Por sólo poner dos ejemplos más que emblemáticos. En los campos de concentración la dirección del campo decide si comes, cuando y que; acaso no es eso lo que se ha instalado en Venezuela con el sistema de racionamiento biométrico, sometiendo a la población a largas colas para distribuir alimentos; no creo que haga falta forzar la imaginación para homologar estas colas con aquellas de prisioneros sometidos a los más crueles tratos. En el caso de la salud también la situación precaria deja a la más ominosa contingencia si alguien recibe atención médica o no. Se acabó con el sistema público de salud con la única finalidad de proveer de recursos a la metrópolis cubana a través de un descabellado sistema de exacción de recursos llevándose por el medio el sistema privado de salud que actualmente sobrevive en condiciones de exasperante precariedad. Y por supuesto el complemento de este inmenso sistema represivo es el mercado negro de divisas y bienes, que también floreció en los Campos administrados por los carceleros ¿pero no es esto lo que ocurre en Venezuela?
El otro elemento característico de los que sucede en los campos de concentración es el holocausto. En Venezuela con una pobreza general de 73% y extrema de 50%, se producen muertes por hambre y se producirán consecuencias terribles sobre la población más pobre hacia el futuro por la severa desnutrición causada por la falta de alimentos. No es un verdadero holocausto lo que sucede en los hospitales donde la población de neonatos muere como moscas por falta de atención, equipos y medicinas, por sólo mencionar lo que más hiere nuestra sensibilidad, pero esta situación es extensible a toda la población.
Es un verdadero holocausto que en 17 años de chavismo se cuenten más de 300.000 muertos por violencia criminal en medio de la mayor impunidad. La creación desde el estado de bandas y mega bandas criminales debidamente armadas para aterrorizar a la población y ser parte del mecanismo más feroz de control social. Ahora bien el complemento directo del campo de concentración la joya de su corona es el PRANATO que se conforma para llegar a la situación más sublime de la represión y la complicidad con los sentimientos más ruines del ser humano. Esto nos conduce a que los criminales viven en absoluta libertad en los retenes judiciales protegidos y servidos por el estado, mientras los ciudadanos vivimos presos en nuestros hogares, que han terminado constituyendo en los calabozos de este campo de concentración llamado Venezuela.
Arendt, asociaba la institución del campo de concentración con un hecho político, que es todavía más relevante para el análisis de la situación venezolana, que no es otro que bajo las condiciones totalitarias no hay institución que quede a resguardo de la aniquilación, se refería a que ni siquiera el ejercito –en nuestro caso las FF.AA.BB.- quedará a salvo de la acción letal de la política del régimen ¿Y qué otra cosa es la que hemos venido observando en estos 17 años? La cúpula del régimen ha sometido a una acción devastadora a su propio partido y a las FF.AA. Las purgas de dirigentes desafectos de la actual situación son sometidas y perseguidas con la misma saña o más que la propia dirigencia opositora, reduciendo el PSUV a un aparato que esta soportado en la estructura del estado, es un mecanismo represivo más. Hoy asistimos a la destrucción de la institucionalidad de las FF.AA.BB., con la fractura de toda la jerarquía institucional, deserción escandalosa de altos oficiales –por poner un ejemplo emblemático el Mayor General Hebert García Plaza, jefe del alto mando contra la guerra económica- que huyen a las EE.UU., a pedir asilo a cambio denunciar y aportar pruebas contra -lo que según ellos es- un Alto mando militar corrupto y narcotraficante.
Por eso, las Fuerzas Armadas están sometidas hoy a enormes presiones internas, producto de la descomposición del régimen. Afloran cada vez con mayor fuerza comportamientos que revelan el descontento a lo interno, se precipitan acontecimientos como ocurrió la semana pasada cuando el Gral. Cliver Alcalá Cordones, denuncia a sus congéneres los Grales. Osorio y Marco Rodolfo Torres de ser “los responsables de la guerra económica que deben estar presos por ladrones”. Esto evidencia que fuerzas telúricas profundas están desintegrando lo que en definitiva es el único y último sostén de este régimen corrupto del socialismo chapucero del siglo XXI. Se han producido, como sucedió el 6D cuando factores a lo interno de las FAN impidieron que se volteara el resultado a favor de la oposición, y se seguirán produciendo esas manifestaciones porque un régimen no puede sostenerse sentado sobre bayonetas en medio de una profunda descomposición de la vida social, económica y material del país.
Venezuela vive la paradoja de ser un campo de concentración donde el totalitarismo ha sido derrotado por la resistencia y la protesta de la ciudadanía, que ha mantenido contra la represión y las trampas de un CNE arbitrario y profundamente transgresor de los derechos electorales de los ciudadanos la ventana de la opción electoral y a partir de ahí se ha conquistado mayoritariamente la Asamblea Nacional, y se pelea hoy en las calles la opción del referendo para revocar a Maduro. La lucha ciudadana pugna por salir del socialismo por la vía Constitucional, democrática, pacífica y electoral.
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Pedro Vicente Castro Guillen